sábado, 24 de noviembre de 2007

Introducción

Y ahora la Libertad
llora con gran pesar
porque su hermana,
la ciega Justicia,
ha abierto sus dulces ojos
y lo ve todo con gran tristeza.
Sus ojos ya no están atados
a la terrible oscuridad.
La venda que la cegaba
ha sido cortada por la ira.
El odio y el terrible rencor
ahora ocupan un gran lugar
en su enorme corazón.
Ahora la Justicia no es ciega
y no usa una espada
para hacer cumplir sus penas.
Ahora va armada con armas
que causan fuego y gran devastación.
La ira se apodera de su alma
y solo podremos pararla
con una gran Intifada,
guerra de piedras
por la libertad,
contra la opresión,
el odio y el rencor.

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